Un suceso del que aún se sigue comentando y sigue sin respuesta alguna, se llevó a cabo el 27 de septiembre de 1934 en Zaragoza, en la calle Gascón de Gotor número 2, residencia de la familia Grijalba y propiedad de Antonio Palazón, lugar donde se manifestó un duende específicamente en la cocina, precisamente en una hornilla de carbón con una chimenea regulada por una ventanilla de registro de humo.
En la chimenea encantada surgieron unas voces de origen sobrenatural. La prensa reseñó el hecho como El Duende de la Hornilla que hablaba a los inquilinos del piso. El 15 de noviembre de 1934 los vecinos se encontraron asombrados por los hechos y sucesos realizando una denuncia formal ante la policía.
Varios arquitectos y obreros de la zona se encargaron de remover el piso y el tejado con tal de conseguir el origen de la voz misteriosa. Se crearon varias órdenes de vigilancia permanentes del edificio e investigaciones completas para conseguir los presuntos responsables del extraño fenómeno.
Las brigadas municipales levantaron el suelo de la cocina en busca de mecanismos ocultos que hicieran posible la voz del duende de la hornilla. La búsqueda se expandió y la policía incluyó en ella a fontaneros, electricistas y albañiles que realizaron diversas inspecciones que no encontraron ninguna instalación que conduzcan a la voz fantasmal.
El asunto fue censurado por las autoridades tras no conseguir ninguna explicación al tenebroso fenómeno, emitiendo declaraciones por el parte oficial donde expresaban que continuaran en la búsqueda de aquello que estaba desatando el caos y capturando la atención completa del país.
En diciembre de 1934 fue reseñada la última frase que hasta el día de hoy fue pronunciada por el inexplicable duende en esta historia de terror, donde expresaba fuertemente: “Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa!, ¡Cobardes, cobardes, voy a matar a los habitantes de esta maldita casa!”
Hoy en día sigue sin resolverse el misterio de estas voces que en algún momento captaron la atención no solo de la población de Zaragoza sino de la prensa en general. Actualmente en ese lugar se encuentra un complejo de edificios denominados “El Duende” y nunca más se presentó la voz inexplicable.
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