Los seres humanos y los animales poseen campos energéticos denominados chakras, los principales son 7: el centro coronario (ubicado arriba de la cabeza), el centro frontal (en la frente, entre las dos cejas), el centro laríngeo (garganta), el centro del corazón, el del ombligo o plexo solar, el rádico o kundalini (en la espalda, rodea a la columna vertebral) y el sexual.

La palabra “chakra” viene del sánscrito y significa “rueda”, cada uno de ellas gira en sentido de las agujas del reloj. Son los centros magnéticos vitales del hombre y los animales. Cada uno de ellos posee diferentes colores:

  • Coronoario: se presenta con el color violeta.
  • Frontal: morado.
  • Laringeo: azul.
  • Corazón: verde.
  • Ombligo o plexo solar: amarillo.
  • Sexual: anaranjado.
  • Rádico o kundalini: rojo.

Algunas personas con cierto grado de clarividencia pueden visualizar los chakras de otros ubicados sobre el campo doble etérico de la persona. Este último es un campo energético que rodea el cuerpo humano y que registra todas las vibraciones emitidas por los órganos fisiológicos.

Según Los Chacras de C.W. Leadbeater, los libros de la India definen al chackra coronario como “la flor de mil pétalos o flor de loto porque son 960 radiaciones de energía primaria que recibe”. A mayor espiritualidad, más grande es este chakra.

Por otra parte, Eduardo Alonso Beroiz afirma en su libro Psicotrónica que se trata del chakra con mayor velocidad de giro.

“Está relacionado con la elevación mental, la espiritualidad y el amor universal. Su equilibrio produce claridad mental y expansión de la conciencia hacia el infinito”, explica Beroiz y agrega “casi todas las personas reciben energía por este centro, sin embargo, suele también cerrarse y no recibirla”. Esto se define como chakra bloqueado y provoca dolores de cabeza y negatividad, entre otros problemas.

El chackra frontal se ubica en “el tercer ojo” o tercera visión. Está íntimamente relacionado con la percepción extrasensorial, la concentración, el desarrollo mental y la intuición.

Beroiz confiesa que de cerrarse este chackra sin recibir energía alguna, puede desarrollar una gran confusión mental, problemas con su entorno y el individuo se aliena del mundo. De no girar bien, se inhiben las capacidades intelectuales y promueve ideas pesimistas.

Por otro lado, el chakra laríngeo se lo relaciona con la comunicación, tanto sobre lo que se dice como aquello que se calla u omite.

El chakra del corazón está vinculado con las emociones y los sentimientos. De cerrarse puede provocar dolores en el pecho y grandes angustias pero cuando está armonizado, mayor es nuestra posibilidad de dar o recibir amor.

Se aconseja que durante la armonización de los chackras no se toque el centro del bazo o esplénico debido a que dirige y conecta las energías de los demás chackras.

El plexo solar está relacionado con los miedos del individuo, las emociones, la comprensión del universo y los principios éticos. Según Beroiz, “al estar desarmonizado, la sensación de temor se siente en la boca del estómago”. Es, en extremo, el más receptivo de las vibraciones negativas de las personas, por esta razón es tan importante la armonización para crear una capa protectora frente a esas radiaciones nocivas.

Por su parte, el chakra sexual se ubica sobre los genitales. Beroiz afirma que su armonización se relaciona con la “sexualidad madura, libre de tabúes y conceptos preestablecidos”. Al desarmonizarse, surgen problemas sexuales pero al recibir buena energía se obtiene el placer pleno.

Leadbeater explica que el rádico o kundalini es el chackra número 1. Está situado en la base de la columna vertebral y la envuelve en forma de serpiente hasta llegar a las cervicales. Recibe las radiaciones de la Tierra y las dirige de forma ascendente para alimentar a los otros chackras con su energía. Se lo vincula con la reproducción y la vida.

Su estado óptimo puede definir a una persona con buenas relaciones en los aspectos materiales y con el dinero. Por el contrario, de estar desarmonizado genera una falta de realidad y malas relaciones con los aspectos materiales de la vida.

Para finalizar, la armonización de todos los chakras provoca un bienestar espiritual, mejora la salud de la persona y su relación con lo material. Podemos decir, entonces, que el individuo se encuentra en su eje. Cuanto más armonizados están los chackras más se pueden abrir a experiencias tales como la clarividencia.